Bueno, no tanto
Y es que a pesar de que quizás sus trazos nunca lleguen a Louvre, es bastante divertido el ver como este dibujante zurdo juega con el doble sentido, haciendo que diversas formas genitales luzcan como personas o animales, o viceversa.
Ahora llama a la abuela, y enséñale de una vez por todas que el sexo, oh sí, el sexo es arte.
Vía chorreame.
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