19 septiembre 2007

¿Apestas?

Quizás sí, quizás no.



Si caminando por la calle, en el camión o durante algún partido de baseball notas que la gente pone cara de asco y se tapa la nariz por tí, no te preocupes, no es tu culpa (a menos que seas un ecologista ahorra-agua).


Andreas Keller y Leslie B. Vosshall, investigadores de la Universidad Rockefeller, así como Hanyi Zhuang, Qiuyi Chi e Hiroaki Matsunami del Centro Médico Universitario Duke, determinaron que la causa de que las personas percibamos de las otras un olor ofensivo, agradable o que simplemente no lo sintamos, es debido al gen OR7D4 que codifica el receptor odorante del mismo codigo.

Las variantes de este receptor reaccionan de manera diferente cuando se estimulan con androstenona y mientras menos sensible sea la variante a este esteroide, el olor de éste es menos desagradable.

La investigación fue publicada en la revista Nature. Resumen de la investigación aquí.

Ahora apestar no depende de tí, sino de ellos. Eso sí, bañate.

www.nature.com



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